jueves, 4 de agosto de 2011

MUSICA ARGENTINA


ARGENTINA
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Música

El tango es un estilo musical y un baile nacido en los arrabales porteños con difusión internacional, ligado fuertemente con la Argentina y con Uruguay, pero sobre todo con Buenos Aires. En este género musical se destacaron Carlos Gardel, considerado como el Rey del Tango, y el marplatense mundialmente reconocido Astor Piazzolla.
El folclore argentino reúne las manifestaciones artísticas del interior de la Argentina. Han existido zonas en la cuales predominaba algún estilo (por ejemplo zambas, cuecas, chacareras, chamarritas, chamamés, malambo), aunque actualmente han experimentado una difusión nacional. Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa y Soledad Pastorutti se encuentran entre los exponentes más importantes de estos géneros.
El «rock nacional» argentino ha tenido un amplio desarrollo desde finales de los años 1960 y una fuerte influencia en el rock iberoamericano cantado en español. Posee exponentes destacados como las bandas Soda Stereo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, o los músicos Charly García o Fito Páez. Los recitales multitudinarios suelen celebrarse en estadios, siendo el de mayor capacidad el Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti. Uno de los festivales más exitosos de la actualidad es el Quilmes Rock, celebrado anualmente.
La balada romántica, con cantantes de fama sudamericana como Sandro de América, la cumbia, también llamada "bailanta", con un ritmo más simple que el modelo original colombiano, y el cuarteto (este ritmo especialmente en la Provincia de Córdoba), son los géneros de mayor arraigo en los sectores populares.
Buenos Aires suele ser escenario de la música electrónica en América Latina y es sede de importantes fiestas como la South American Music Conference o la Creamfields, que con su convocatoria de más de 60.000 personas,se convirtió en una de las más importantes del mundo. La ciudad, junto con Mar del Plata y Bariloche, tienen también su propio estilo de música electrónica.
Con base en el Conservatorio Nacional de Música y el Teatro Colón, se ha desarrollado una sólida escuela de música y danza clásicas. En la música clásica, destacan compositores como Alberto Ginastera, intérpretes como Martha Argerich y directores como Daniel Barenboim. En danza clásica, destacan Jorge Donn, Maximiliano Guerra, Paloma Herrera, Marianela Núñez y Julio Bocca; este último, director también del Ballet Argentino.

Una de las expresiones musicales de la Argentina más reconocidas internacionalmente es el Tango. Se desarrolló principalmente en la ciudad de Buenos Aires, surgiendo a finales del siglo XIX. Su principal instrumento es el bandoneón, y posee también su propio baile característico. Algunos exponentes notables del tango son Carlos Gardel, Julio Sosa, Enrique Santos Discépolo, Astor Piazzolla y Roberto Goyeneche.El tango fue muy bien plasmado en la pintura del artista, José Fraindenraij, de ascendencia alemana, que con maestría y arte plasmó en varias obras el tema del tango argentino.
En las provincias del interior del país, en cambio, es más fuerte la música folklórica. El mismo posee numerosos intérpretes, estilos y variantes, y uno de sus festivales más importantes es el Festival de Cosquín y el de Jesús María situados en la Provincia de Córdoba. Hay muchos tipos de bailes y ritmosfocloricos en el país como por ejemplo Gato, Chamamé, Zamba, Chacarera, Malambo etc. A partir de la década de 1970 el Rock and roll se instaló en el país, que produjo a numerosos artistas del género, y contó con exponentes de la mayor parte de los estilos más particulares del género. El principal artista que introdujo el Rock and Roll n el país fue Sandro. La mayor parte de los mismos son intérpretes de Rock en castellano, habiendo muy contados artistas que hagan dicha música en el idioma inglés.
Un estilo que convoca multitudes, a pesar de no contar con demasiada difusión en las principales radios, es la cumbia, así como también su derivación, lacumbia villera. Estos géneros son interpretados en las bailantas.

Música de Argentina

La música de Argentina más conocida internacionalmente es el tango, que se desarrolló principalmente en la ciudad de Buenos Aires y alrededores. En lo que se denomina interior del país (las provincias) es más fuerte la música folclórica. A partir de la década de 60 se desarrolló una variante propia del rock, cantado en español, conocido como rock nacional; en la misma década comenzó a cultivarse ampliamente la balada romántica latinoamericana.

La música clásica y la ópera tiene un amplio espacio, con compositores e intérpretes de fama mundial y el Teatro Colón de Buenos Aires, como eje de la actividad.
Otros estilos musicales cultivados en Argentina son la música de los pueblos originarios, el bolero, el jazz, el reggae, la música electrónica, el punk, el heavy metal, la música infantil, etc.
Balada romántica latinoamericana
La balada romántica encuentra su origen en el bolero latinoamericano de los años 50, pero también en la canción romántica italiana (Nicola Di Bari), y francesa (Charles Aznavour) de los años 60 y 70.
Argentina tiene intérpretes de fama internacional como Sandro, Leonardo Favio, Facundo Cabral, Valeria Lynch, Dúo Pimpinela, Diego Torres, Patricia Sosa, etc.

Bolero
Entre los intérpretes de bolero se destacan Mario Clavell, María Marta Serra Lima, Chico Novarro, etc.
Clásica
La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires está establecida en el Teatro Colón (Buenos Aires). Fundada en 1946, es considerada una de las orquestas más prestigiosas de la nación y de latinoamerica. Ha recibido varios honores en sus 60 años de vida. Otra orquesta de prestigio es la Orquesta Sinfónica Nacional Argentina.
Músicos Argentinos conocidos por este estilo incluyen Alberto Williams, conocido por su fusión de estilos nativos con música clásica, y Alberto Ginastera, el compositor considerado uno de los más importantes contribuidores latino americanos de música clásica. Otros músicos de nota incluyen pianista Martha Argerich, violinista Alberto Lysy, guitarrista María Isabel Siewers, tenor José Cura, mezzo-soprano Margherita Zimmermann, y pianist / director Daniel Barenboim, que ha dirigido la Orquesta de París, la Orquesta Sinfónica de Chicago y la Staatsoper Unter den Linden (Ópera del Estado de Berlín). En la actualidad, se destaca la labor del joven compositor Mauricio Annunziata, creador de un verdadero panorama musical argentino.

Breve historia


Con la conquista española se produjo el ingreso de los primeros instrumentos musicales europeos, mientras que en el período colonial la actividad musical se tornó más intensa, merced a la intervención de las órdenes religiosas. A comienzos del siglo XVIII se propició la enseñanza y se intensificó el aporte del viejo continente a través de la visita de músicos y de la importación de partituras y libros de música. En 1757 se construyó en Buenos Aires el primer teatro de óperas y comedias y en 1783 se inauguró el Teatro de la Ranchería. Con el movimiento emancipador de Mayo, se renovó la canción patriótica, destacándose figuras como Blas Parera, Luis Ambrosio Morante o José Picazarri. A ellos le siguieron los denominados precursores, primeros compositores nacidos en suelo argentino: Juan Pedro Esnaola, Amancio Alcorta y Juan Baustista Alberdi. No se trataba de profesionales sino de aficionados, que alternaban su vocación musical con otras actividades. Los géneros en boga eran la música de salón, concebida para la danza, y la canción; al igual que en Europa, la música de cámara formaba parte de la vida cotidiana. La generación siguiente incluyó a músicos ya profesionales: son los nacidos entre 1860 y 1875, entre cuyos representantes más notables figuran Alberto Williams, Julián Aguirre y Arturo Berutti. A esta generación le sigue un conjunto destacado de músicos nacidos entre 1875 a 1890, que estudiaron en Europa y al regresar desarrollaron su actividad como creadores, docentes, fundadores de institutos o directores de sociedades musicales. Su formación los llevó a incursionar en todos los géneros y a adoptar una actitud más conciente ante la recolección folklórica. Entre ellos se destacan Felipe Boero, Ernesto Drangosch, Floro Ugarte y Carlos López Buchardo, director–fundador en 1924 del Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico que hoy lleva su nombre. A partir de fines de la década del 20 se produjo la irrupción de lenguajes neoclásicos en la música culta argentina, lo que significó la primera aparición de una vanguardia que cambió el rumbo de la generación anterior. La producción argentina en las décadas del 40 y del 50 estuvo a cargo de los primeros egresados del Conservatorio Nacional y en este escenario, dos músicos representaron las dos tendencias en pugna: Alberto Ginastera y Carlos Guastavino. Los comienzos de la década del 60 generan cambios experimentales de relevancia y destacan Alicia Terzian, Guillermo Graetzer y Roberto García Morillo. En la actualidad, los creadores argentinos que no desdeñan la exploración instrumental, la electroacústica, y la apropiación de nuevas tecnologías, consolidan una trayectoria musical que prestigia al país. Por citar sólo algunos: Oscar Di Lisia, Carlos Carmona, Gabriel Senanes o Ricardo de Armas. Otros, han preferido ser más conservadores en la elección de la instrumentación, pero de fuerte inspiración e innovadora estética armónica como Mauricio Annunziata.
Cuarteto
El cuarteto cordobés ha tenido también una importante expansión nacional a partir de la década de 1980. Su figura más reconocida es Rodrigo Bueno. Intérpretes como La Mona Jiménez y Walter Olmos lograron éxito a nivel país, como así también Banda XXI, Jean Carlos, Tru-la-la, Banda Centro, La Barra, La Konga, Sabroso, entre otros.
Cumbia
La cumbia argentina es un estilo relativamente nuevo a diferencia de otros géneros que ganaron popularidad entre los años 70 u 80. Influenciada por el folclore nacional, la música andina, ritmos caribeños, y la misma cumbia colombiana ganó gran popularidad en los años 90 de la mano de solistas como Gilda, Alcides , Antonio Ríos, Pocho la Pantera, y grupos como Adrián y los Dados Negros, Grupo Sombras, Ráfaga, Los Chakales, Los Leales, Amar Azul, y Los Charros presentando en su mayor parte letras románticas o describiendo problemas de la vida normal y el agregado de bajos, guitarras, instrumentos de percusión (como timbales), de viento (trompetas o quenas) o de percusión (como güiros).
Durante las crisis económicas que fueron desde los años 99 a 2001, la tonalidad y estilo en este género fue agregando diversos elementos, como influencias del Hip-Hop o el Reggaeton, cambios como letras simples o la inclusión de drogas, pobreza y delincuencia. Así surgieron otros géneros como la Cumbia Villera, liderados por agrupaciones como Yerba Brava, Damas Gratis y Los Pibes Chorros con letras describiendo situaciones de pobreza, criminalidad o drogas. Tiempo después el mismo género fue cambiado a letras menos explícitas, en ocasiones humorísticas con sólo ritmos bailables por Supermerk2 con un marcado éxito.
También con la llegada del grupo La Base que durante un tiempo eclipsó a otros géneros con ritmos pegadizos y bailables con letras en algunas ocasiones románticas. Esta agrupación influenció a un gran número de fugaces grupos que imitaron su estilo en muchas ocasiones en forma exitosa. Luego de la separación del grupo, el líder empezó a trabajar como solista en Nestor en Bloque triunfando una vez más, esta vez con letras sólo románticas con casi el mismo estilo musical. La llamada "Cumbia Base" y el estilo de Nestor en Bloque es reproducido hasta la actualidad por grupos como El Polaco, Junior, El Empuje, o El Original.
En la actualidad la Cumbia, a pesar de no ser promocionada o patrocinada por las grandes cadenas de entretenimiento, marcas o medios masivos de comunicación y rechazada por el mainstream, es el estilo más popular en Argentina, cubriendo la mayor parte de los sectores bajos y medios debido a que las mismas agrupaciones no combaten a la piratería de los discos debido a que estos mismos ganan más dinero dando shows en vivo en diversos locales bailables que vendiendo discos en forma legal y la rápida proliferación de radios locales dedicadas al género mismo.

Electrónica
Las fiestas electrónicas y los shows como Creamfields convocan a miles de jóvenes. Bandas de indietronica como Entre Ríos u otras como Bajo Fondo Tango Club y Lourdes también ganaron popularidad.
Folklore
La música folklórica de Argentina tiene una historia milenaria que encuentra sus raíces en las culturas indígenas originarias. Tres grandes acontecimientos histórico-culturales la fueron moldeando: la colonización española (siglos XVI-XVIII), la inmigración europea (1850-1930), la migración interna (1930-1980).
Aunque estrictamente "folklore" sólo es aquella expresión cultural que reúne los requisitos de ser anónima, popular y tradicional, en Argentina se conoce como folklore o música folklórica a la música popular de autor conocido, inspirada en ritmos y estilos característicos de las culturas provinciales, mayormente de raíces indígenas y afro-hispano colonial. Técnicamente, la denominación adecuada es música de proyección folklórica de Argentina.
En Argentina, la música de proyección folklórica, comenzó a adquirir popularidad en las década de 1930 y 1940, en coincidencia con una gran ola de migración interna del campo a la ciudad y de las provincias a Buenos Aires, para instalarse en la década de 1950, con el boom del folklore, como género principal de la música popular nacional junto al tango.
En las décadas de 1960 y 1970 se expandió la popularidad del folklore argentino y se vinculó a otras expresiones similares de América Latina, de la mano de diversos movimientos de renovación musical y lírica, y la aparición de grandes festivales del género, en particular del Festival Nacional de Folklore de Cosquín, uno de los más importantes del mundo en ese campo.
La evolución histórica fue conformando cuatro grandes regiones en la música folklórica argentina: la cordobesa-noroeste, la cuyana, la litoralena y la surera pampeano-patagónica, a su vez influenciadas por e influyentes en las culturas musicales de los países fronterizos: Bolivia, sur de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Atahualpa Yupanqui es unánimemente considerado como el artista más importante de la historia de la música folklórica del Argentina.
Entre la música folklórica se encuentran:

Jazz
El jazz en Argentina ha tenido un amplio desarrollo con músicos de fama internacional como el Gato Barbieri, Lalo Schifrin y Los Cinco Latinos. Entre los músicos de jazz destacados se encuentran los pianistas Enrique Mono Villegas, René Cóspito, Manolo Juárez y Fernando Otero, los guitarristas Oscar Alemán, Rodolfo Carlos Alchourrón y Tito Francia, los bateristas Tito Alberti y Norberto Minichillo, los trompetistas Roy Granata, Rubén Barbieri, Fats Fernández, Gustavo Bergalli y Ricardo Romero, los saxofonistas Horacio “Chivo” Borraro y Sergio Petravich, el trombonista Eddie Pequenino, el flautista Ara Tokatlian, el contrabajista Alfredo Remus, Juan Carlos "Mono" Fontana, la cantante Lois Blue, etc.
Entre los conjuntos se han destacado la Orquesta de Jazz de Tito Alberti, The Georgian´s Jazz Band, la Porteña Jazz Band, la Antigua Jazz Band, La Banda Elástica, etc.
Entre los compositores se destacan también Jorge López Ruiz -con sus obras El grito (1967) y ''Bronca Buenos Aires'' (1970), Lalo Schifrin, Fernando Otero, Alberto Favero, etc. Entre las obras del jazz argentino, también debe mencionarse el álbum Tribute to Ellington, del pianista clásico Daniel Barenboim.
Desde fines de la década de 1990 han surgido algunas corrientes de jazz orientada a establecer un jazz con identidad argentina, incorporando elementos del tango, el folklore, el rock nacional, y otros ritmos de la música popular argentina. Entre los músicos jóvenes se destacan Adrián Iaies y Luis Salinas, Luis Nacht, Fernando Tarrés, Ricardo Cavalli, el grupo Escalandrum, el Quinteto Urbano, Ernesto Jodos, El Terceto, Javier Malosetti, Daniel Tinte, Leonel Kaplan, etc.3
El jazz ha influenciado poderosamente también los otros géneros que se interpretan en el país. En el tango, músicos como Astor Piazzolla, Atilio Stampone, Horacio Salgán, reconocen en su obra la influencia del jazz, y en ocasiones han interpretado música de jazz. En el rock nacional, bandas como Alma y Vida y músicos como Pedro Aznar y Ara Tokatlian, se han destacado por sus vínculos con el jazz. En la música folklórica se destacó Carlos Lagos y sus folkloréishons, que a la manera de las jam sessions del jazz, solía reunír al propio Lagos, con Astor Piazzolla y Hugo Díaz, con otros músicos como Domingo Cura, Oscar Cardozo Ocampo, Alfredo Remus y Oscar López Ruíz, entre otros.

Música Infantil
En la música infantil se destaca María Elena Walsh y sus canciones-personajes como "Manuelita", "La pájara pinta", "El Reino del Revés", "La hormiga Titina", etc.
Enrique Fischer, uno de los precursores del género infantil en Argentina, conocido como Pipo Pescador, es un cantautor, escritor y director de teatro argentino, que surgiera en la década de los ´70. Canciones como "Canción del auto nuevo", "Marcha de los Antisopas", "Receta para hacer una mariposa" o "El profesor de vuelo" son de su autoría.
En 1969 nació el Pro Música para Niños Rosario, grupo del Pro Musica Antiqua que, organizado con el objeto de alentar la formación musical desde la temprana edad, realiza espectáculos didáctico-musicales para niños.
También son importantes los aportes de Waldo Belloso y Zulema Alcayaga, sobre todo con la creación de Margarito Tereré. En la comedia musical infantil se destaca Hugo Midón, con obras como La vuelta manzana, stan & oliver , Huesito Caracú, etc. Interpretadas, en su mayoría por Ana Maria Cores, Roberto Catarineu, Carlos March, Andrea Tenuta, Gustavo Monje y Omar Calicchio.
María Teresa del Corral, cantante, compositora, música, y docente argentina de niños. Co-fundó, junto a Los Musiqueros, Daniel Viola, Caracachumba y Sonsonando, el Movimiento de Música para Niños (MOMUSI), en 1997. “El rondó de la gallina y la yapa”, “Sin permiso sale el sol” y “La gata peluda” es parte de su discografía.
Entre las canciones infantiles de Argentina se destaca "El elefante Trompita" compuesta por Tito Alberti.

Música de los pueblos originarios
Los pueblos originarios que habitan en Argentina poseen, cada uno, una cultura musical propia, desarrollada en forma limitada y con dificultad por la falta de apoyo económico y posibilidades comerciales. En muchas ocasciones, la música de los pueblos originarios, está relacionada estrechamente con la llamada música folklórica de Argentina.
Entre las actividades relacionadas con la música de los pueblos originarios, se destacan las ediciones discográficas del Instituto de Cultura Indígena Argentina,4 mediante el sello discográfico indígena de Argentina Piedra Azul, producido por el músico mapuche-aymara Juan Namuncurá. Argentina Piedra Azul recibió en 2007 el Premio Gardel, por el rescate y relevamiento de la música de raíz indígena en Argentina, y su trabajo ha sido declarado de interés nacional por parte de la Cámara de Senadores de la Nación argentina.

Pop
Gran cantidad de bandas pop tienen un gran éxito, dentro de esta categoría se puede encontra a Bandana ; Miranda! y Babasónicos, combinando experimentación con glam. Airbag, Juana la Loca y Árbol, combinando hardcore con pop y violines; son algunos ejemplos de la escena actual.
Rock Nacional
Desde los años sesenta, el rock nacional tiene una enorme proliferación entre las capas medias de jóvenes y adultos. Sus bandas más representativas: Almendra, Manal, Los Gatos en los '60 y en sus comienzos; Sui Generis, Serú Girán, La Máquina de Hacer Pájaros y Vox Dei en los ´70; posteriormente en el rock argentino moderno, Patricio Rey y sus Rendonditos de Ricota, Los Abuelos de la Nada, Sumo, Rata Blanca y Soda Stereo; y actualmente La Renga, Los Chupis, Intoxicados, Los Piojos,Babasónicos, Los Fabulosos Cadillacs, Bersuit Vergarabat, Los Auténticos Decadentes, y Attaque 77. Sin embargo, esto es solo un pequeña muestra del escenario actual del rock argentino, ya que hoy en día se habla de una "nueva ola" de rock nacional con bandas como Los Tipitos, Los Guasones, Cabezones, Callejeros, Estelares, Ella es tan cargosa, y Jóvenes Pordioseros entre otros.
Por otra parte, la Argentina también cuenta con una larga tradición de músicos de rock solistas (muchos de estos fundadores del género), como: Norberto Nappolitano (Pappo),-Indio Solari- Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta, Charly García, Miguel Mateos, Lito Nebbia, Tanguito, Miguel Abuelo, Pedro Aznar, León Gieco, Andrés Calamaro y Fito Páez; entre los más famosos.

Heavy Metal
El heavy metal también cuenta y contó con grandes exponentes, siendo Hermética, Almafuerte, Riff Rata Blanca y V8 clásicos del heavy nacional. Actualmente la escena cuenta con bandas como Los Natas, Lörihen y O'Connor.
Punk
Desde los años ochenta, el Punk tuvo cierta repercusión también, con bandas como Attaque 77, Los Violadores , Flema , Dos Minutos , Sin Ley , Restos Fósiles ; y más actualmente, Ácidos Populares, Nihilismo y Cadena Perpetua.
En la actualidad, muchos jóvenes que aún no han terminado la escuela secundaria se ven atraídos por la música punk, y forman bandas con gran influencia americana.

Rock Tropical
La murga fue durante años una muy fuerte expresión de sectores barrailes de la ciudad de Buenos Aires. Ejemplo claro de murga son Los Fabulosos Cadillacs, Los Auténticos Decadentes y Bersuit Vergarabat, los cuales tienen y tuvieron gran éxito.
Rock Stone (o barrial)
The Rolling Stones tuvo una gran influencia en diversos grupos musicales, como Ratones Paranoicos, Blues Motel, Heroicos Sobrevivientes y Viejas Locas. Estos grupos consiguieron y mantienen hasta el día de hoy gran popularidad. Luego otras agrupaciones como Guasones y La 25 aparecerían en escena.
Reggae
El Reggae también haría su aparición a fines de los '80 en bandas como Sumo y Los Pericos. Hoy en día entre sus mayores exponentes se encuentran Los Cafres , Nonpalidece y Fidel Nadal y al mismo tiempo surgen grupos nuevos como Resistencia Suburbana. La Perra que los Parió y Dread Mar I
Tango
El tango es un estilo musical y una danza rioplatense, característica de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo,5 de naturaleza netamente urbana y renombre internacional. Musicalmente tiene forma binaria (tema y estribillo) y compás de cuatro cuartos (a pesar de que se le llama «el ritmo del dos por cuatro»). Clásicamente se interpreta mediante orquesta típica o sexteto y reconoce el bandoneón como su instrumento esencial.
La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja, es sumamente sensual y compleja. Las letras están compuestas con base a un argot local llamado lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor»,6 que sienten los hombres y las mujeres de pueblo, circunstancia que lo emparenta en cierto modo con el blues, sin que por ello opte para el tratamiento de otras temáticas, incluso humorísticas y políticas.
Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila».
A partir de 1880, con la incorporación de corrientes de inmigrantes, la música en argentina se enriquece. Con su contribución, en los suburbios de Buenos Aires se fue modelando el tango en arrabales y prostíbulos. En tiempos iniciales se interpretaba con violín, guitarra y flauta, pero hacia 1900 ésta fue reemplazada por el bandoneón, traído por los inmigrantes alemanes. La danza fue un elemento esencial para la difusión del género y se desarrolló sobre dos vertientes: la de ritmo alegre, veloz y vivaz; y la triste, sentimental y reconcentrada. En esta segunda etapa cobró importancia la letra, a la que daba su impronta personal cada cantante. Entre los más destacados brilló Carlos Gardel, "el zorzal criollo", incuestionable divulgador del tango. En la década del 40, con el aporte de músicos y poetas provenientes del interior, los solistas recurrieron a temas evocativos, familiares, amorosos o testimoniales. La radiofonía y el cine nacionales contribuyeron notablemente a llevar al tango a un período de esplendor hasta iniciados los años 50, con letristas, cantantes y músicos de la talla de Osvaldo Pugliese, Francisco Canaro, Enrique Cadícamo, Aníbal Troilo, Horacio Salgán, Homero Manzi, Edmundo Rivero y los hermanos Virgilio y Homero Expósito. Entre los años 60 y 70, las preferencias populares se orientaron hacia otros géneros. Sin embargo, el tango conoció un momento de especial fecundidad con variantes modernas como las del Sexteto Mayor, el Cuarteto de Colángelo y especialmente con Astor Piazzolla. Las especies más tradicionales se conservarán, aunque renovadas con el aporte de personales intérpretes como Julio Sosa y Roberto Goyeneche. Actualmente el género ha despertado el interés de las generaciones más jóvenes y han surgido compositores que cultivan incluso, el tango electrónico.

Argentina es un país con diversas identidades y tradiciones culturales que dejan su impronta en todas las manifestaciones artísticas. La música es una de las más prolíficas y ha sido una de las plataformas fundamentales para colocar al país en la escena cultural mundial, con el tango como principal abanderado. Si bien es el género musical por antonomasia al describir a Argentina, la riqueza de sus composiciones en otros géneros no es menor.
Los géneros populares son aquellos que le han otorgado el mayor prestigio: el tango, el folclore y el rock han dejado una marca en la historia de la música a través de sus composiciones originales, fusiones y reinterpretaciones.
La música clásica cuenta con un desarrollo notorio; por el Teatro Colón de Buenos Aires han pasado intérpretes de renombre internacional. Y, lentamente, otros géneros y subgéneros musicales –como el jazz o los ritmos latinos- van encontrando referentes que enriquecen el panorama de la música local.

Tango

Esta amalgama de raíces africanas, europeas y criollas, es la contribución argentina a la cultura mundial por excelencia. De origen netamente popular, gestado en suburbios, prostíbulos y conventillos de Buenos Aires, el tango (que significa “lugar de reunión de los esclavos”) es inseparable de la melancolía de su música y letras y la sensualidad y pasión de su danza.
En sus inicios, que arbitrariamente podrían situarse a mediados del siglo XIX, eran la flauta, el violín y la guitarra los principales instrumentos utilizados. A partir de 1900, con la fuerte presencia inmigratoria, se sumó el bandoneón, el cual tomó un protagonismo que dura hasta hoy.
Carlos Gardel, el “Zorzal Criollo”, fue quien popularizó el tango como canción durante las primeras décadas del siglo XX y se convirtió en el emblema mundial de este género y en un símbolo de la cultura argentina.
A partir de la década del 40, con la consolidación de las industrias culturales locales, en especial la radio y el cine, el tango entró en su edad dorada, con compositores y cantantes como Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo, Enrique Cadícamo, Tita Merello, Virgilio y Homero Expósito, Alberto Castillo, Enrique Santos Discépolo, Horacio Salgán y Homero Manzi, entre una innumerable lista.

Roberto Goyeneche inició su carrera a mediados de los 50. Sin embargo, fue uno de los tangueros más versátiles, dueño de un fraseo y estilo único que lo ubican transversalmente a lo largo de la historia del tango. Hasta su muerte, en 1994, fue reivindicado por todas las generaciones. Además, el “Polaco” Goyeneche apadrinó la carrera de Adriana Varela, singular cantora que se ha posicionado como una de las voces femeninas actuales del 2x4.
Entre los 60 y los 70, el tango vivió una renovación de la mano de Ástor Piazzola quien, a través de sus composiciones y su bandoneón, lo llevó a las fronteras musicales con otras músicas, como el jazz. La línea más tradicional encontró en el Sexteto Mayor, Julio Sosa, Leopoldo Federico y Mariano Mores, exponentes que aún mantienen su vigencia.
Otra vertiente del desarrollo contemporáneo del tango está signada por el cruce con otros géneros, resultado de la incorporación de músicos jóvenes que lo han revitalizado a través de la incorporación de la electrónica y el rock. Algunos de esos proyectos son Gotan Project, Bajo Fondo Tango Club y Tanghetto.
En Buenos Aires, tres eventos ya se impusieron en la agenda mundial: son el Campeonato, el Mundial y el Festival de Tango que, desde hace una década, convocan a visitantes de todo el mundo.

Folclore

Conocido como una totalidad, el llamado “folclore nacional” es el género que más subgéneros, matices, estilos y producciones condensa. Cada región del país se caracteriza por imprimir un toque distintivo a su creación, multiplicando aún más la variedad.
Desde la época colonial, el folclore se ha instalado como el género musical que aunó la composición más vinculada con los pueblos originarios y las influencias colonizadoras. La zamba, la chacarera, el chamamé, la baguala, el carnavalito o la copla son subgéneros que encuentran mayor difusión en distintas provincias y que, a su vez, se han nutrido de intercambios con países limítrofes. Los instrumentos musicales que se destacan son el bombo legüero, la caja, el sicu, el charango y la guitarra.
Su máximo referente es Atahualpa Yupanqui. Autor, compositor, guitarrista y cantor que supo retratar la identidad y realidad de cada región, interiorizándose en las viejas culturas aborígenes. Con precisión y poesía, describió la situación política de los habitantes rurales, denunciando las históricas condiciones de explotación y pobreza. “El arriero” y “Luna tucumana” son, probablemente, sus canciones más conocidas.
El listado de folcloristas es extremadamente rico y está conformado por artistas de renombre internacional. Algunos de ellos son: Horacio Guarany, Jorge Cafrune, Mercedes Sosa, Eduardo y Juan Falú, Alfredo Ábalos, Sixto Palavecino, Liliana Herrero, Los Fronterizos, el Dúo Salteño, Peteco Carabajal, Los Chalchaleros, Chango Spasiuk, Teresa Parodi, Raúl Carnota y Soledad Pastorutti, por nombrar sólo a unos pocos.
En la ciudad de Cosquín, en la provincia de Córdoba, desde hace más de 50 años, se lleva a cabo todos los veranos el festival de folclore más importante de América Latina.

Rock

Argentina no fue inmune a la revolución cultural que significó el rock and roll como movimiento mundial. Desde inicios de los 60, los centros urbanos –Buenos Aires, Rosario, La Plata– fueron ávidos receptores del naciente género musical. Algo que caracterizó a este ingreso fue la rápida asimilación y transformación a partir de trazas locales.
Los Gatos –grupo rosarino liderado por Lito Nebbia– fueron quienes “inauguraron” la composición local de canciones de rock. Su primer hit fue “La Balsa”, escrito por Tanguito. Otras agrupaciones se sumaron al escenario abierto: Almendra –con Luis Alberto Spinetta a la cabeza– y Manal –con Javier Martínez– iniciaron un hacer musical propio, basado en la música beat que se extendía mundialmente.
Ya a finales de la década del 60, otros solistas y sus agrupaciones fueron engrosando la lista y, a su vez, ampliando la gama de estilos y subgéneros: Pappo’s Blues, La Pesada del Rock and Roll, Arco Iris (fundado por Gustavo Santaolalla) y Vox Dei incorporaron elementos más duros en la textura sonora de la época.
Los 70 se iniciaron con el nacimiento de dos bandas antológicas, lideradas por quienes llegaron a ser los máximos referentes del rock argentino: Pescado Rabioso, de Luis A. Spinetta, y Sui Generis, dúo encabezado por Charly García junto a Nito Mestre. Pescado Rabioso, exponente de un rock más áspero, y Sui Generis, que amplió los horizontes con el rock acústico, fueron ejemplos de composiciones musicales renovadoras, acompañadas por letras poéticas.
Este período marca la entrada del rock nacional a cierta masividad, con la organización de conciertos en los cuales participaban varias bandas. El hecho paradigmático fue el recital despedida de Sui Generis en 1975, que convocó a una multitud de jóvenes.
La fuerte movilización política y la instauración de una cruenta dictadura militar a mediados de los ’70 significaron el momento de mayor resistencia y contracultura de la música joven. Así, grupos como La Máquina de hacer Pájaros y Serú Girán –ambos liderados por Charly García–, Invisible –de Luis Spinetta– y solistas como León Gieco, se convirtieron en referentes, no sólo por el compromiso social de sus letras, sino también por la renovación musical que introdujeron.
A principios de los ’80, el rock nacional sufrió un impulso proveniente de un hecho poco feliz: con la Guerra de Malvinas –en 1982–, el gobierno militar prohibió la música en inglés. Esto llevó a que las radios debieran difundir música en español, beneficiando a los artistas locales, como Lito Nebbia, Moris, Piero, León Giego y Miguel Cantilo.
Con la apertura democrática, en 1983, las manifestaciones artísticas volvieron a ocupar un lugar preponderante luego de años de censura y persecución. De esta manera, se produjo una explosión de bandas y solistas que, a través de sus letras, criticaron los años de violencia y advertían sobre los problemas sociales de la época. García y Spinetta continuaron a la cabeza del rock, generando composiciones únicas, que mezclan géneros y estilos. El grupo platense Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota –liderado por Carlos “Indio” Solari y Skay Beillinson– salió a la superficie con su rock más visceral y letras de alto lirismo y crítica social, pero también reconocido por no aparecer en los medios masivos de comunicación (hecho poco frecuente a nivel mundial) y editando sus propios discos. La música más “moderna” o bailable encontró en Virus, Los Abuelos de la Nada –formado por Miguel Abuelo y el joven Andrés Calamaro– y Los Twist una estimulante base. Otros grupos, como Los Fabulosos Cadillacs o Los Pericos, incursionaron en ritmos como el ska, el reggae y el dub. Los Violadores tomaron al punk. Y Riff, fundado por el genial guitarrista Pappo, se hizo cargo del rock más duro.
Esta década también vio nacer a dos grupos que harían historia: Soda Stereo y Sumo. El primero, un trío conformado por Gustavo Ceratti, Zeta Bosio y Charly Alberti, introdujo sonidos nuevos y una cuidada estética, que lo convirtieron en líder indiscutido de América Latina. Sumo, creado por el ítalo-inglés-argentino Luca Prodán, profundizó en sonoridades hasta ese momento desconocidas en Argentina, haciendo lo que muchos llaman el “mejor reggae” local. Con su separación, se formaron dos bandas que, hasta hoy, son guías indiscutidas: Divididos y Las Pelotas.
Durante estos años también apareció en escena un grupo de músicos de la ciudad de Rosario que renovaría la escena: Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré y Fito Paéz.
La época de masividad e industrialización puede situarse, en líneas generales, a partir de la década del ’90, cuando los mega recitales se institucionalizaron como eventos consagratorios para los músicos. A la popularidad de García, Páez, Spinetta, Calamaro, Los Redondos de Ricota y Soda Stereo, se sumaron bandas como: Los Piojos y Bersuit Vergarabat, centradas en la mixtura de sonidos rioplatenses y latinos; La Renga, con un rock más crudo y un inmenso poder de convocatoria; Viejas Locas, representante del llamado rock barrial; y Babasónicos, con su música más alternativa.


Clásica


Argentina estuvo fuertemente influenciada por la cultura europea. La recepción de la música erudita y sus instrumentos comenzó desde muy temprano, pero fue a partir del siglo XVIII que su difusión proporcionó una raigambre que permanece hasta hoy.
El período de emancipación, que va desde 1810 a 1816, tuvo entre sus figuras al español Blas Parera, compositor de la música del Himno Nacional. Otros creadores, como Juan Esnaola o Juan Bautista Alberdi, fueron los primeros nacidos en tierra argentina. El período que va desde 1850 hasta comienzos del siglo XX estuvo signado por la experimentación con estilos folclóricos. El nombre más destacado es el de Carlos López Buchardo, quien en 1924 fundó el Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico que hoy lleva su nombre. Ya entre el 40 y el 50, la composición local recayó en los primeros egresados del Conservatorio. De ese período sobresalieron Alberto Ginastera y Carlos Guastavino. Y de la década del 60 se destacan Alicia Terzian, Gerardo Gandini y Waldo de los Ríos, músico ecléctico recordado por haber popularizado piezas clásicas a través de su modernización.
En la actualidad, el acervo de músicos clásicos argentinos disfruta de reconocimiento mundial gracias al talento de Daniel Barenboim, Martha Argerich, Bruno Gelber y Gabriel Senanes.
Una mención aparte merece la tradición de edificar importantes teatros dedicados a la difusión de la música clásica, la lírica y el ballet –con sus respectivos y prestigiosos cuerpos estables-, que dan cuenta de la temprana devoción de los centros urbanos argentinos por este género musical. El Teatro Colón en Buenos Aires –con la mejor acústica del mundo, según los entendidos–, el Argentino en La Plata o el Gran Teatro de Córdoba son una muestra de ello.
Otro dato interesante para destacar es la existencia de diversos cuerpos musicales, la gran mayoría de gestión estatal, con renombre internacional, como la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Nacional de Música y la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires.

Otros géneros

Hay géneros que si bien no son preponderantes, han adquirido un desarrollo notorio a través de los años y merecen ser mencionados. El jazz, la cumbia y la música electrónica son algunos de los que, con tesón, se han instalado en la cultura local y han adquirido proyección internacional.
Artistas locales como Oscar Alemán, Mono Villegas, Gato Barbieri, Roberto Fats Fernández, Hugo Pierre y Jorge Navarro, Gustavo Bergalli, entre muchos otros, le dieron un lugar importante al jazz, especialmente en Buenos Aires. Y originaron nuevas texturas y sonoridades a través de las fusiones con el tango y la música rioplatense.
La cumbia, ritmo originario de Colombia, adquirió matices propios al introducirse en Argentina y pasó a tener identidad autónoma. Con melodías simples, bailables y alegres, su fusión con las maneras de hacer folclore de cada provincia derivó en el surgimiento de cadencias propias, con una larga lista de grupos y solistas. La expansión de la cumbia fue simultánea al proceso de mixtura local con ritmos centroamericanos, como el bolero, la rumba, la salsa y el hip hop. El Cuarteto, oriundo de la provincia de Córdoba, es quizás la vertiente más conocida y que más ha afianzado sus características distintivas a lo largo de todo Latinoamérica.
La música electrónica encontró en el país un estimulante recibimiento. Sus centros urbanos, especialmente Buenos Aires y Rosario, gozan de un prestigio internacional en lo relativo a la abultada oferta nocturna de discotecas. Es por ello que no suena extraño que dj’s como Diego Ro-K, Hernán Cattaneo, Villa Diamante o Romina Cohn, se hayan ganado un lugar en la escena rave mundial.


Música indígena pre-colonial

Siendo la Música uno de los factores expresivos y comunicantes de mayor significación humana, es indudable que el indígena de América también la poseyó como medio para exteriorizar la profunda intimidad de su sentimiento y la recia turbulencia de su instinto. De ahí que estas características se revelen en sus bailes y cantos, de concepción rudimentaria, pero en los que se mezclaban la tristeza del alma y la agresividad del instinto. De un lado el belicoso danzar en torno a la hoguera, del otro el tierno canto festivo, o amoroso. Sin embargo, el milenario silencio de América no sólo era rasgado por el canto y la danza que resultaban del ímpetu guerrero o de la salvaje algarabía de algunas tribus aborígenes, sino también por los purísimos sonidos de la quena que hacían trascender la señorial y enigmática música de los Incas. El aporte artístico-culturál de esta raza, recibido a través de las principales tomas receptivas del Noroeste argentino (Quebrada del Toro y Quebrada de Humahuaca), robustece el acontecer musical en nuestro país, completándose el panorama con la elemental expresión de otras tribus aborígenes diseminadas por la región cuyana, la pampa y el litoral. De toda esa música, tienen todavía vigencia muchas expresiones típicas de la cultura incásica, que se conservan puras, junto a otras mestizadas por la influencia étnica de elementos europeos y a las genuinas manifestaciones de lo criollo, volcadas en la danza y la canción. La carencia de un sistema de escritura musical entre los primitivos pueblos indoamericanos, dificulta grandemente la clasificación científica de su arte, pero el sugestivo mensaje de esa raza milenaria, trascendiendo lo temporal, se constituye en purísima esencia que, por evolución natural y lógica asimilación de los aportes de otras culturas, es el alma de nuestra música nacional. Instrumentología musical de origen indígena. El estudio de la música indoamericana debe ser completado con el conocimiento del instrumental creado y utilizado por el aborigen para su exteriorización. La sencilla rusticidad de su construcción y la manifiesta pobreza de sus recursos, deben ser apreciadas a través de la contemplación emocionada de cosas que "nos pertenecen" y no con el espíritu crítico negativo con que a veces juzgamos las expresiones de culturas pasadas. Si bien el material de guerra moderno supera exuberantemente al que se utilizaba hace más de un siglo, nuestra sensibilidad histórica nos obliga a la emoción, cuando frente a rudimentarias lanzas y toscos machetes, vemos en ellos a los instrumentos con que el coraje y la decisión de los criollos, labraron nuestra libertad. Algunos de los instrumentos mas antiguos son: La quena; el siku o antara; el erkencho; el pinkillo y el charango.

LA MUSICA EN LA COLONIA
Los
primeros factores mestizantes, Siglo XVI

1536

El primer antecedente vinculado a la introducción de los elementos que posteriormente producirían la mestización de la música indígena, se refiere a Juan Gabriel Lezcano (Nuño Gabriel), quien a poco de desembarcar en lo que ahora es la ciudad de Buenos Aires como integrante de la expedición de Don Pedro de Mendoza, reunió a los indígenas del lugar y "les hizo y enseñó cantares contra sus vicios, esto es, contra el comer carne humana, contra el tatuaje, contra el matar a otros...". El mismo expedicionario fundó después, en Asunción del Paraguay, la primera escuela de música y canto que existió en estas regiones. Los primeros instrumentos musicales introducidos por los conquistadores fueron: Las trompetas, pífanos (flautines), atabales (tamboriles) y vihuelas (guitarras).

1585

Llegan al Tucumán en el mes de noviembre los jesuítas Alonso Barzana y Pedro Añasco, quienes advirtiendo la influencia que ejerce la música en los aborígenes, la utilizan para conquistarlos; cultivando también sus innatas condiciones con "nuevos cantares de graciosos tonos", que les someten dulcemente, "dejando arcos y flechas".

1590

A fines de este año arriba también al Tueumán, el fraile Francisco Solano, perteneciente a la Orden Seráfica (franciscana). Canonizado posteriormente por sus admirables virtudes de apóstol, evangeliza a los indios después de atraerlos con la milagrosa sugestión de su violín. San Francisco Solano es el arquetipo del misionero americano, capaz de hacernos llegar a la Verdad, a través de un camino de bondad y de belleza.

SIGLO XVII
Desenvolvimiento musical entre la población hispánica e indígena.

1600

En las primeras décadas de este siglo es bastante intenso el movimiento musical en la población hispana de la Colonia. Las reuniones familiares y las funciones religiosas se realizan con gran despliegue de músicos e instrumentos. Al mismo tiempo, inician sus actividades algunas escuelas de música y otras donde se enseña a danzar. Sólo resta agregar, como último antecedente para juzgar la importancia del movimiento musical entre la población hispana de esa época, el número de habitantes blancos que contaba cada una de las ciudades más importantes. Córdoba: 500; Santiago del Estero: 40; Buenos Aires: 250; Tucumán: 250; La Rioja: 250 y Jujuy: 100.

1609

El Padre Diego de Torres ordena por esa época a los misioneros jesuítas que se dirigían al Paraguay, que "reunieran a los hijos de los indios para enseñarles la doctrina, a leer y a cantar" . Con tanto entusiasmo cumplen esta consigna, en lo que se refería a la música, que parten para fundar las célebres Reducciones Guaraníes auténticos centros de civilización y cultura provistos de cuantos instrumentos pudieron conseguir, estimulados, sin duda, por las palabras del Padre Manuel Nóbrega, quien dijo: "Dadme una orquesta de músicos y conquistaré al punto todos los infieles para Cristo".

1617

Los guaraníes, singularmente dotados para la música, hacen rápidos progresos en el conocimiento de éste arte y en la ejecución instrumental, respondiendo así a la labor del Padre Juan Vaseo, quien es el primero en abordar la educación musical de los indios en forma sistemática. Simultáneamente, en la Reducción de San Ignacio, el Hermano Luis Berger cumple idéntica misión, siendo posteriormente trasladado a Chile para desarrollar allí su actividad musical.

1650

A partir de este año y hasta fines del siglo, la música, el canto y la danza, manifiestan un amplio y promisorio progreso. Tucumanos, bonaerenses, santiagueños, mendozinos y riojanos, rivalizan en la organización de reuniones musicales. Abundan los profesionales de la música y las funciones religiosas se realizan con mayor solemnidad, precisamente, porque en ellas intervienen orquestas y coros mejor preparados. Con todo, la docta Córdoba, mantiene una ostensible superioridad cultural sobre las restantes ciudades. Comienzan a instalarse en ella comercios para la venta de instrumentos y afluyen muchos de los jesuítas que antes habían desarrollado sus actividades musicales en las Misiones Guaraníticas. órganos de excelente mecanismo se construyen para las iglesias cordobesas, destacándose los realizados con la intervención de los indígenas. Junto a la música culta y religiosa, se promueve también la popular.

1691

Llega a la Reducción de Yapeyú el jesuíta Antonio Sepp, quien no hace más que consolidar el prestigio que como centro musical posee la mencionada reducción. Dos años está al frente de la escuela de música el Padre Sepp y, en tan breve lapso, forma excelentes maestros de instrumentos, los que, a su vez, incrementan la afición musical de los indios. Cabe también destacar la cantidad, variedad y excelencia de los instrumentos musicales, que en la Reducción de Yapeyú, por esta época se fabrican.

SIGLO XVIII
Nuevos perfiles de la música culta y popular.

1700

No decae el prestigio de Yapeyú como centro musical de indiscutida superioridad. Además de las artísticas interpretaciones vocales e instrumentales de los indígenas, la enseñanza musical se realiza con otros medios y otros propósitos. Se amplía cada vez más la variedad de instrumentos puestos al servicio de las nuevas vocaciones musicales y se tiende a formar maestros de música capaces de promover la cultura musical en otras regiones. Por otra parte, se intensifica el aporte europeo a través de calificados músicos que llegan a estas tierras y la importación de nuevos instrumentos, partituras y libros de música. Los centros de poblaciones, hispana e indígena, desenvuelven eficazmente la práctica del canto y la danza, como manifestaciones que van adquiriendo, cada vez, más elevada jerarquía.


1717

Si bien Yapeyú regentea el movimiento musical del país, Córdoba constituye un elevado centro de cultura, cuya expresión más elocuente es su, entonces, casi centenaria Universidad. El medio resulta propicio para recibir al Hermano Domingo Zípoli, de la Compañía de Jesús, destacado compositor y "uno de los más grandes organistas de todos los tiempos". Proficua es la labor de este músico italiano en el sentido de dar a conocer las obras más representativas de la época, lo que incidirá grandemente en el posterior desenvolvimiento musical de la Colonia.

1756

Entre los Lules del Tucumán desarrolla su acción apostólica y artística el misionero jesuíta Juan Fecha. Funda y dirige una escuela de música en la que enseña a los indios a cantar y a ejecutar en diversos instrumentos según las reglas del solfeo. Cabe destacar la extraordinaria difusión que en este siglo alcanza la guitarra. Se convierte en el instrumento popular, por antonomasia, y su uso se extiende a todas las clases sociales. Se la ve en manos del señor y del esclavo, en las reuniones familiares de toda categoría y hasta en la interpretación de la música eclesiástica.

1757

Se levanta en Buenos Aires un Teatro de óperas y Comedias. Poca fortuna tiene este primer intento para dotar a la ciudad de una sala destinada a los espectáculos de música y teatro. En 1761, don Pedro de Aguiar, como dueño principal y armador "de la casa de ópera de música y representación... para diversiones públicas", se ve obligado a cerrarla. Se ignoran los motivos de tal determinación.

1783

Se inaugura el Teatro o Casa de Comedias de la Ranchería, ubicado en un inmenso galpón cubierto con techo de paja. Cuenta con todos los implementos necesarios para las representaciones teatrales; dos filas de palcos, seis grandes bancos de madera y el restante espacio libre para ser ocupado por espectadores de pie. Paralelamente a las actividades teatrales se desenvuelven las de carácter musical que alcanzan singular brillo a partir de 1787, cuando se designa director de la orquesta del Teatro de la Ranchería al maestro Antonio Aranaz. En 1792 un incendio destruye totalmente el Teatro, obligando a realizar las representaciones y audiciones musicales en locales improvisados.

1790

El comienzo de la última década del siglo XVIII, sorprende a las poblaciones, hispana e indígena, de la época de la Colonia, elaborando con todo entusiasmo su propia cultura musical. Se supera la calidad artística de todas las manifestaciones musicales en los centros ciudadanos del país. La música religiosa y la profana en su doble aspecto, culta y popular reciben nuevos aportes. Son cada vez más importantes los conjuntos corales y orquestales que participan en las ceremonias del culto; más acendrado el valor de los instrumentistas, cantantes y músicos que nos visitan en sus giras artísticas, cuando, insólitamente, comienza a asomarse un cantor, con el ánimo de hacerse oír, que pulsa la guitarra de modo diferente, que canta con su "propia" voz y dice cosas distintas...

 

SIGLO XIX
Los aportes musicales cultos de Europa, y Las primeras manifestaciones de lo criollo


1800

La iniciación del siglo sorprende a los pobladores del Virreinato, empeñados en una promisoria acción de superación espiritual. La vida culta, especialmente en sus manifestaciones de índole artística, alcanza una jerarquía acorde con las nuevas tendencias filosóficas que auspician reformas sociales definitivas.

1810

Los intereses de carácter político, absorben la totalidad de la vida social e institucional de la Colonia. Estamos en vísperas del movimiento emancipador de Mayo. Han decrecido, sensiblemente, las reuniones artísticas y la música halla su refugio en las iglesias y en las casas familiares. El 25 de mayo de este año triunfa la Revolución y, con ella, las ansias renovadoras de los nativos que sueñan con extenderla por todos los ámbitos de la vida societaria.

1813

La Patria buscó y halló en el Arte, la voz necesaria para el canto de su gloria. Compuesto ya el Himno Nacional, se aprueba el 11 de mayo de 1813. Picazarri hace trascender al público, manifestaciones intrumentales y vocales cultas, por medio de la Academia Nacional de Música, que él mismo funda con ese fin. Los conciertos y representaciones líricas cuentan con nutridas concurrencias integradas con elementos criollos, quienes se dejan ganar por estas expresiones de la música culta. Hasta pasada la mitad del siglo, sigue acreciendo el movimiento musical bonaerense, que extiende su influencia a las restantes ciudades del interior. Cada vez se producen estrenos líricos de mayor importancia y los elencos artísticos se integran con los valores de mayor nombradía. Solistas destacados, de fama mundial, acaparan la atención del público argentino.

1857

El 25 de abril se inaugura el nuevo Teatro Colón, el que desarrolla sus actividades como centro de cultura musical hasta 1888. A partir de esa fecha, la reputación del Teatro Colón prestigia con trascendencia universal, a todos los artistas que en él actúan. Su magnífico historial, llena una de las páginas más significativas del arte musical argentino y mundial. Esquematizando el desenvolvimiento musical del país durante el siglo XIX, se destacan: la feliz intervención en la vida artística argentina de hombres que honran a la cultura y a la función pública nacional (Lafinur, Alcorta, Esnaola, Alberdi, etc.) ; el Himno Nacional, expresión artística de patriótica alcurnia, se constituye en el imperecedero canto de los argentinos; el advenimiento del género lírico y su amplia resonancia entre los afectos a la música; las otras manifestaciones musicales que ganan también adeptos por la calidad de los artistas que en ellas intervienen; la creación de centros de difusión, y el Teatro Colón de Buenos Aires. Pero el hecho más portentoso para la naciente música argentina, está representado por las dimensiones que adquiere aquel anónimo cantor que apareciera a fines del siglo pasado. Por sus venas corre la misma sangre de los "rebeldes" de Mayo, que le hace afirmar en su convicción de que puede cantar lo que siente y que su voz hallará eco en los cuatro rumbos de la Patria

FOLKLORE ARGENTINO
Aporte autóctono

Acabamos de narrar en pocas páginas, el lento transcurrir de muchos años. Tantos, como necesarios fueron para que muchas de las cosas, que sin duda convivieron junto a aquéllas que estuvimos relatando, se hundieran en un pasado envejecido y sin recuerdos. Y así se enfrenta esa oscura eternidad de olvido, con la milagrosa permanencia de lo que todavía subsiste entre nosotros. Pero sólo por su pureza y por su condición de bien, alcanzan esta supervivencia que se incrusta en el presente. Algunos de estos valores que descienden del pasado, mantienen su integridad, sin menoscabo, con una insolente terquedad de siglos. Entre ellos, la expresión sonora de una raza inolvidada, que con suave pero firme mandato desde el tiempo, señorea el lamento de la quena en la quebrada y la opulenta ejecución de la orquesta ciudadana. Este incontenible torrente, por el que se hermanan muchos de los pueblos de América en su canto, tiene validez entre nosotros por la trascendencia de la gama pentatónica y la vigencia de instrumentos aborígenes.

Aporte hispánico

Consideramos la llegada del colonizador como el primer aporte de una cultura varias veces centenaria, que portando el mensaje de la Cruz se asomó a estas tierras con el sol de una mañana. Y bajo el claro cielo de América, el rasguear de una guitarra, acompañando la endecha o el cantar de la añoranza, contrapuntea con la caja, que hace fondo a una baguala. En un revolver de siglos los sones y los cantares, a fuerza de entremezclarse, se hacen mestizos primero, para después acriollarse. Es cuando aparece el "inter-estrato" llamado pueblo, que comienza a elaborar lo "suyo" como resultado de la evolución natural de lo indio y la lógica asimilación de lo hispano.
Lo herencial folklórico
El PUEBLO (folk) tiene su copla y también tiene su baile. Sólo aspira a que lo dejen cantar lo que "quiere" y lo que SABE (lore). Para esto le hace falta libertad, y la gana, no sin antes tener que rebelarse. Después se pone al servicio de lo que juzga una causa noble: hacer a la Patria, grande. Sus luchas y sus amores, sus trabajos y sus afanes, los enmarca una naturaleza que le sugiere cantares, y que él designa: "lo nuestro", por ser aporte herencial de la tierra y de la sangre. Es así, como se explica la supervivencia entre nosotros de aportes tan lejanos, que por ser bienes de trascendencia espiritual y estar dirigidos al pueblo, provocaron las reacciones necesarias para ser elaborados, asimilados e incorporados a la vida común, proyectándose desde entonces hacia la eternidad, por el luminoso camino de la tradición.




SHIRLEY BOGADO

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