lunes, 15 de agosto de 2011

El cine en Argentina

Desde comienzos del siglo XX, la producción cinematográfica nacional alcanzó una madurez técnica, temática y actoral que conquistó al público local y obtuvo el reconocimiento internacional. Más de 572 distinciones acreditan este desarrollo.
El Salón Nacional fue el primer cine del país. Construido en 1900,era propiedad de Gregorio Ortuño y Cía. Por entonces, unos pocos teatros exhibían películas, generalmente de producción propia.
Las primeras películas estrenadas en Buenos Aires consistieron en breves tomas de paisajes urbanos y escenas militares. En 1898, apareció “Paseantes en bicicleta por Palermo” y dos años después, “Revista de tropas el 25 de Mayo”.
“TANGO”. Dirigida por Luis Moglia Barth, en 1933, fue el primer filme con banda de sonido en la película fotográfica. Libertad Lamarque y Alberto Gómez fueron sus figuras.
“LA GUERRA GAUCHA” marcó un hito en la cinematografía argentina. Dirigida por Lucas Demare, en 1942, tuvo un elenco de notables figuras: Enrique Muiño, Angel Magaña, Amelia Bence y Francisco Petrone.
El espectáculo del cine, organizado por las grandes distribuidoras extranjeras, alcanzó en la década de 1940 su esplendor comercial con 2.190 salas en todo el país. La producción nacional, escasa y de bajo presupuesto no podía competir con ella. En 1944, el Estado comenzó a subvencionar a la industria local.
No todo era romance y tragedia en la pantalla nacional. En la década de 1950, el género de terror se ganó un sitial entre las preferencias del público.



Grandes Directores

LEOPOLDO TORRE NILSSON
Llevó al cine novelas como Boquitas Pintadas, de Manuel Puig; La guerra del cerdo, de Adolfo Bioy Casares y Los siete locos de Roberto Arlt. Dirigió a Alfredo Alcón, uno de los grandes actores argentinos.

HUGO DEL CARRIL
Actor y cantante, en 1949 se inició en la dirección cinematográfica con Historia del 900. Realizó 15 filmes, entre los que se destacó Las aguas bajan turbias (1952), donde también actuó.

FERNANDO AYALA
Se inició en 1955, con Ayer fue primavera. Entre sus obras más importantes están Plata Dulce y El Jefe.

HÉCTOR OLIVERA
Se inició como ayudante de filmación de La gran tentación, en 1948. Desde entonces, su incursión en el cine incluyó la producción, el guión y la dirección en más de 50 filmes. En 1974 dirigió La Patagonia Rebelde con Luis Brandoni, Federico Luppi, Pepe Soriano, Héctor Alterio y Osvaldo Terranova, entre otros. Fue una producción que abordó con singular crudeza uno de los episodios trágicos de nuestra historia.

LUIS PUENZO
Con La historia oficial abordó el tema de la desaparición de niños durante la última dictadura militar. Interpretada por Norma Aleandro y Héctor Alterio, fue el primer filme argentino en obtener, en 1986, un Oscar de la Academia de Hollywood.

LEONARDO FAVIO.
Debutó como realizador con Crónica de un niño solo. En 1973 estrenó su mayor éxito Juan Moreira con la consagratoria actuación de Rodolfo Beban.

MARÍA LUISA BEMBERG reivindica en sus filmes el prosanismo femenino. Camila y Yo, la peor de todas (1990) son un claro ejemplo

La llegada del cine sonoro

La incorporación del sonido tuvo una gran influencia sobre el público. En 1931 se filma Muñequitas porteñas dirigido por José A. Ferreyra sería el primer filme sonoro y hablado por el sistema Vitaphone de sincronización sonora. Pero en 1998 el reconocido periodista investigador Roberto Di Chiara descubrió el primer film político denominado “Por una Argentina grande, justa y civilizada” (1931) de Federico Valle, en donde hablan Lisandro de la Torre, Mario Bravo, Julio Noble, y otros, película desconocida por el pueblo argentino. Hacia 1933 se da la llegada del sistema Movietone, el primero que permite guardar la banda sonora en el mismo soporte que la imagen. Nacen ese mismo año los dos primeros estudios cinematográficos del país: Argentina Sono Film fundado por Ángel Mentasti y Lumiton creada por Enrique Telémaco Susini, César José Guerrico y Luis Romero Carranza. Luego llegaría el sistema de sonido óptico inventado por Lee De Forest, el Phonofilm. Con este equipamiento se grabaron numerosos números musicales de Carlos Gardel, a la manera del actual video clip.
La industria del cine en la Argentina se inició en la práctica con la llegada del sonido óptico. Con la incorporación del sonido, serán la radio, la industria discográfica y el teatro de revistas los que aportarán actores (voces) ya conocidas por la gente. La banda de sonidos llegaría a ser tan importantes que incluso se le exigía a los actores que entonaran canciones, a pesar de no estar preparados para ello. Así se puede llegar a considerar que el sonido es tan importante en el cine argentino, dado que sin él posiblemente no hubiera existido una industria. El cine mudo no había logrado en el país acceder a un gran público.
Los dos primeros films sonoros (sin discos), estrenados con una semana de diferencia fueron Tango (1933) dirigido por Luis José Moglia Barth y producido por Argentina Sono Film, y Los tres berretines, protagonizada por Luis Sandrini y producida por Lumiton. Lo siguen otros filmes exitosos de la época, de Mario Soffici El alma del bandoneón (1935) y Prisioneros de la tierra (1939); de Manuel Romero La muchachada de a bordo (1936) y de Leopoldo Torres Ríos La vuelta al nido (1938), que marcaron el momento de madurez del cine argentino en la década del 30’. En esta época se consagraron estrellas como: Libertad Lamarque, Tita Merello, Pepe Arias, Luis Sandrini y Niní Marshall.
El sistema Movietone significó la ganancia de miles de pesos para las flamantes productoras, que pudieron seguir expandiéndose. Se había creado un público gracias al sonido, en esta época, el sonido será pues, sinónimo de mercado convirtiendo al cine en un producto de consumo popular. Lo que se está vendiendo en esta primera época es producto ya conocido, pero que puede ser gozado en la oscuridad de la sala de cine, allí se daría una relación de proximidad con cantantes, bailarines u orquestas populares, por tan solo unos centavos de entrada.
A medida que se avanzó en la producción de filmes sonoros, la integración de imagen y sonido se fue haciendo más orgánica. Las películas ya no eran números musicales, o escenas mudas musicalizadas, sino que se lograba lo que denomina Síncresis, la unión indisoluble de los aspectos visuales y sonoros del filme, dando lugar a un cine mucho más rico y ya con identidad propia, dejando de lado los vicios del cine primitivo.

El cine de la post dictadura

Argentina

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En Argentina, el cine político comenzó con el film de Fernando Birri, Tire die (1959), que el mismo realizador denominó la «primera encuesta social filmada». A esa denuncia fílmica sobre la pobreza estructural de un país rico en recursos naturales continuaron Los inundados, 1961, de Birri, en el que refleja con espíritu satírico los tejemanejes de la política lugareña y los absurdos de la burocracia, al tiempo de presenta el drama humano de los protagonistas. Camino a la muerte del Viejo Reales, de Gerardo Vallejo, en 1968, Crónica de un niño solo (1964) y Romance del Aniceto y la Francisca (1967), de Leonardo Favio, son películas de ficción con fuerte referencia en el neorrealismo y la nouvelle vague y una buena dosis de crítica política. La Hora de los Hornos, en 1968, de Getino y Solanas, realizada clandestinamente durante la dictadura del general Onganía, Los hijos de Fierro (1975) de Solanas y Los traidores, de Raimundo Gleycer, que dramatiza la vida de un militante sindical, que comienza su lucha en las filas peronistas en los 60, y que se corrompe en su ascenso al poder. Las tres AAA son las tres armas, 1977, realizada en Perú por el Grupo Cine de la Base, tras la desaparición en Buenos Aires de Raymundo Gleyzer, se inspiró en la Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar, denunciaba los objetivos político-económicos de la dictadura militar y los horrores que cometía en pos de llevarlos a cabo



PUBLICADO POR: SOSA DIAZ HUGO GASTON

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