domingo, 7 de agosto de 2011

La música en Argentina

Argentina es un país con diversas identidades y tradiciones culturales que dejan su marca en todas las manifestaciones artísticas. La música ha sido una de las plataformas fundamentales para colocar al país en la escena cultural mundial, con el tango como principal abanderado.
Los géneros populares son aquellos que le han otorgado el mayor prestigio: el tango, el folclore y el rock han dejado una marca en la historia de la música a través de sus composiciones originales, fusiones y reinterpretaciones.
La música clásica cuenta con un desarrollo notorio; por el Teatro Colón de Buenos Aires han pasado intérpretes de renombre internacional. Y, lentamente, otros géneros y subgéneros musicales –como el jazz o los ritmos latinos- van encontrando referentes que enriquecen el panorama de la música local.
Tango
Esta amalgama de raíces africanas, europeas y criollas, es la contribución argentina a la cultura mundial por excelencia. Con su contribución, en los suburbios de Buenos Aires se fue modelando el tango en arrabales y prostíbulos. El tango es inseparable de la melancolía de su música y letras y la sensualidad y pasión de su danza.
En tiempos iniciales se interpretaba con violín, guitarra y flauta, pero hacia 1900 ésta fue reemplazada por el bandoneón, traído por los inmigrantes alemanes.
Carlos Gardel, el “Zorzal Criollo”, fue quien popularizó el tango como canción durante las primeras décadas del siglo XX y se convirtió en el emblema mundial de este género y en un símbolo de la cultura argentina.
En la década del 40, con el aporte de músicos y poetas provenientes del interior, los solistas recurrieron a temas evocativos, familiares, amorosos o testimoniales.
La radiofonía y el cine nacionales contribuyeron notablemente a llevar al tango a un período de esplendor hasta iniciados los años 50, con letristas, cantantes y músicos de la talla de Osvaldo Pugliese, Francisco Canaro, Enrique Cadícamo, Aníbal Troilo, Horacio Salgán, Homero Manzi, Edmundo Rivero y los hermanos Virgilio y Homero Expósito.
Entre los años 60 y 70, las preferencias populares se orientaron hacia otros géneros. Sin embargo, el tango conoció un momento de especial fecundidad con variantes modernas como las del Sexteto Mayor, el Cuarteto de Colángelo y especialmente con Astor Piazzolla.
Otra vertiente del desarrollo contemporáneo del tango está signada por el cruce con otros géneros, resultado de la incorporación de músicos jóvenes que lo han revitalizado a través de la incorporación de la electrónica y el rock. Algunos de esos proyectos son Gotan Project, Bajo Fondo Tango Club y Tanghetto.
En Buenos Aires, tres eventos ya se impusieron en la agenda mundial: son el Campeonato, el Mundial y el Festival de Tango que, desde hace una década, convocan a visitantes de todo el mundo.
Folclore
Desde la época colonial, el folclore se ha instalado como el género musical que aunó la composición más vinculada con los pueblos originarios y las influencias colonizadoras. La zamba, la chacarera, el chamamé, la baguala, el carnavalito o la copla son subgéneros que encuentran mayor difusión en distintas provincias y que, a su vez, se han nutrido de intercambios con países limítrofes. Los instrumentos musicales que se destacan son el bombo legüero, la caja, el sicu, el charango y la guitarra.
Su máximo referente es Atahualpa Yupanqui. Autor, compositor, guitarrista y cantor que supo retratar la identidad y realidad de cada región, interiorizándose en las viejas culturas aborígenes. Con precisión y poesía, describió la situación política de los habitantes rurales, denunciando las históricas condiciones de explotación y pobreza. “El arriero” y “Luna tucumana” son, probablemente, sus canciones más conocidas.
El listado de folcloristas es extremadamente rico y está conformado por artistas de renombre internacional. Algunos de ellos son: Horacio Guarany, Jorge Cafrune, Mercedes Sosa, Eduardo y Juan Falú, Alfredo Ábalos, Sixto Palavecino, Liliana Herrero, Los Fronterizos, el Dúo Salteño, Peteco Carabajal, Los Chalchaleros, Chango Spasiuk, Teresa Parodi, Raúl Carnota y Soledad Pastorutti, por nombrar sólo a unos pocos.
En la ciudad de Cosquín, en la provincia de Córdoba, desde hace más de 50 años, se lleva a cabo todos los veranos el festival de folclore más importante de América Latina.
Rock
Desde inicios de los 60, los centros urbanos –Buenos Aires, Rosario, La Plata– fueron ávidos receptores del naciente género musical.
Los Gatos –grupo rosarino liderado por Lito Nebbia– fueron quienes “inauguraron” la composición local de canciones de rock. Su primer hit fue “La Balsa”, escrito por Tanguito. Otras agrupaciones se sumaron al escenario abierto: Almendra –con Luis Alberto Spinetta a la cabeza– y Manal –con Javier Martínez– iniciaron un hacer musical propio, basado en la música beat que se extendía mundialmente
Ya a finales de la década del 60, otros solistas y sus agrupaciones fueron engrosando la lista y, a su vez, ampliando la gama de estilos y subgéneros: Pappo’s Blues, La Pesada del Rock and Roll, Arco Iris (fundado por Gustavo Santaolalla) y Vox Dei incorporaron elementos más duros en la textura sonora de la época.
Los 70 se iniciaron con el nacimiento de dos bandas antológicas, lideradas por quienes llegaron a ser los máximos referentes del rock argentino: Pescado Rabioso, de Luis A. Spinetta, y Sui Generis, dúo encabezado por Charly García junto a Nito Mestre. Pescado Rabioso, exponente de un rock más áspero, y Sui Generis, que amplió los horizontes con el rock acústico, fueron ejemplos de composiciones musicales renovadoras, acompañadas por letras poéticas.
La fuerte movilización política y la instauración de una cruenta dictadura militar a mediados de los ’70 significaron el momento de mayor resistencia y contracultura de la música joven. Así, grupos como La Máquina de hacer Pájaros y Serú Girán –ambos liderados por Charly García–, Invisible –de Luis Spinetta– y solistas como León Gieco, se convirtieron en referentes, no sólo por el compromiso social de sus letras, sino también por la renovación musical que introdujeron.
A principios de los ’80, con la Guerra de Malvinas –en 1982–, el gobierno militar prohibió la música en inglés. Esto llevó a que las radios debieran difundir música en español, beneficiando a los artistas locales, como Lito Nebbia, Moris, Piero, León Giego y Miguel Cantilo.
Con la apertura democrática, en 1983, las manifestaciones artísticas volvieron a ocupar un lugar preponderante luego de años de censura y persecución. De esta manera, se produjo una explosión de bandas y solistas que, a través de sus letras, criticaron los años de violencia y advertían sobre los problemas sociales de la época. García y Spinetta continuaron a la cabeza del rock, generando composiciones únicas, que mezclan géneros y estilos. El grupo platense Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota –liderado por Carlos “Indio” Solari y Skay Beillinson– salió a la superficie con su rock más visceral y letras de alto lirismo y crítica social, pero también reconocido por no aparecer en los medios masivos de comunicación (hecho poco frecuente a nivel mundial) y editando sus propios discos. La música más “moderna” o bailable encontró en Virus, Los Abuelos de la Nada –formado por Miguel Abuelo y el joven Andrés Calamaro– y Los Twist una estimulante base. Otros grupos, como Los Fabulosos Cadillacs o Los Pericos, incursionaron en ritmos como el ska, el reggae y el dub. Los Violadores tomaron al punk. Y Riff, fundado por el genial guitarrista Pappo, se hizo cargo del rock más duro.
Esta década también vio nacer a dos grupos que harían historia: Soda Stereo y Sumo. El primero, un trío conformado por Gustavo Ceratti, Zeta Bosio y Charly Alberti, introdujo sonidos nuevos y una cuidada estética, que lo convirtieron en líder indiscutido de América Latina. Sumo, creado por el ítalo-inglés-argentino Luca Prodán, profundizó en sonoridades hasta ese momento desconocidas en Argentina, haciendo lo que muchos llaman el “mejor reggae” local. Con su separación, se formaron dos bandas que, hasta hoy, son guías indiscutidas: Divididos y Las Pelotas.
La época de masividad e industrialización puede situarse, en líneas generales, a partir de la década del ’90, cuando los mega recitales se institucionalizaron como eventos consagratorios para los músicos. A la popularidad de García, Páez, Spinetta, Calamaro, Los Redondos de Ricota y Soda Stereo, se sumaron bandas como: Los Piojos y Bersuit Vergarabat, centradas en la mixtura de sonidos rioplatenses y latinos; La Renga, con un rock más crudo y un inmenso poder de convocatoria; Viejas Locas, representante del llamado rock barrial; y Babasónicos, con su música más alternativa.

Alumna: Arrúa Valeria

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