martes, 9 de agosto de 2011

CINE


(breve historia del cine argentino)

El cine sonoro y su expansión
El periodo 1931-19440 abarca la aparición del cine sonoro y la industrialización, con su consiguiente expansión casi simultánea dentro del paí­s y fuera de él, en América y España.
La industrialización propiamente dicha comienza en 1933, con el estreno de las dos primeras realizaciones sonorizadas mediante el sistema óptico (Movietone la banda sonora impresa en el margen de la pelí­cula) y con la producción programada y copiosa de los dos sellos que arrancan con esos filmes iniciales: Argentina Sono Film, con Tango, y Lumitón, con Los tres berretines.Lumitón cuenta con estudios propios desde diciembre de 1932; en cambio, Sono trabaja en viejos sets utilizados durante el perí­odo mudo, hasta que en 1937 coloca la piedra fundamental de los modernos estudios de Martí­nez.
En este perí­odo ven la luz las pelí­culas de los directores que, de pioneros, se convierten en maestros de un estilo y en motores de una expresión artí­stica. A partir de 1940, todos productores, actores, directores, periodistas, técnicos y gobierno- tienen noción clara de la magnitud potencial del cine argentino. Comienza, sin embargo, poco después, la gran decadencia industrial y artí­stica, agravada primero por los ecos de la guerra mundial, que se traduce en el ingreso con cuentagotas de pelí­cula virgen (materia prima que se fabricaba en los Estados Unidos y que entregaban en mayor cantidad a los estudios mexicanos) y, después, por la despersonalización de los argumentos que, como dijo alguien, “tení­an universalidad, pero la identidad de las gentes y de sus lugares era irreconocible”.
Fue entonces cuando se advirtió que el cine podí­a ser un medio para dirigir la mentalidad de la masa y para ordenar el pensamiento del individuo “cautivo” en una sala con el fin de orientarlo en una dirección de carácter masivo.
En 1944, un decreto -el 21.344- fue la primera herramienta legal que ordenó desde el punto de vista jurí­dico al cine nacional con disposiciones sobre la obligatoriedad de exhibición.
                                                                                                            Aguilar Arismendi Macarena 

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