viernes, 26 de agosto de 2011

la Música desde 1810 hasta la actualidad!Argentina


La Música en Argentina

Argentina es un país con diversas identidades y tradiciones culturales que dejan su

impronta en todas las manifestaciones artísticas. La música es una de las más

prolíficas y ha sido una de las plataformas fundamentales para colocar al país en la

escena cultural mundial, con el tango como principal abanderado. Si bien es el género

musical por antonomasia al describir a Argentina, la riqueza de sus composiciones en

otros géneros no es menor.

Los géneros populares son aquellos que le han otorgado el mayor prestigio: el tango, el

folclore y el rock han dejado una marca en la historia de la música a través de sus

composiciones originales, fusiones y reinterpretaciones.

La música clásica cuenta con un desarrollo notorio; por el Teatro Colón de Buenos

Aires han pasado intérpretes de renombre internacional. Y, lentamente, otros géneros y

subgéneros musicales –como el jazz o los ritmos latinos- van encontrando referentes

que enriquecen el panorama de la música local.

Tango

Esta amalgama de raíces africanas, europeas y criollas, es la contribución argentina a

la cultura mundial por excelencia. De origen netamente popular, gestado en suburbios,

prostíbulos y conventillos de Buenos Aires, el tango (que significa “lugar de reunión de

los esclavos”) es inseparable de la melancolía de su música y letras y la sensualidad y

pasión de su danza.

En sus inicios, que arbitrariamente podrían situarse a mediados del siglo XIX, eran la

flauta, el violín y la guitarra los principales instrumentos utilizados. A partir de 1900, con

la fuerte presencia inmigratoria, se sumó el bandoneón, el cual tomó un protagonismo

que dura hasta hoy.


Folclore

Conocido como una totalidad, el llamado “folclore nacional” es el género que más

subgéneros, matices, estilos y producciones condensa. Cada región del país se

caracteriza por imprimir un toque distintivo a su creación, multiplicando aún más la

variedad.

Desde la época colonial, el folclore se ha instalado como el género musical que aunó la

composición más vinculada con los pueblos originarios y las influencias colonizadoras.

La zamba, la chacarera, el chamamé, la baguala, el carnavalito o la copla son

subgéneros que encuentran mayor difusión en distintas provincias y que, a su vez, se

han nutrido de intercambios con países limítrofes. Los instrumentos musicales que se

destacan son el bombo legüero, la caja, el sicu, el charango y la guitarra.

Su máximo referente es Atahualpa Yupanqui. Autor, compositor, guitarrista y cantor que

supo retratar la identidad y realidad de cada región, interiorizándose en las viejas

culturas aborígenes. Con precisión y poesía, describió la situación política de los

habitantes rurales, denunciando las históricas condiciones de explotación y pobreza.

“El arriero” y “Luna tucumana” son, probablemente, sus canciones más conocidas.

El listado de folcloristas es extremadamente rico y está conformado por artistas de

renombre internacional. Algunos de ellos son: Horacio Guarany, Jorge Cafrune,

Mercedes Sosa, Eduardo y Juan Falú, Alfredo Ábalos, Sixto Palavecino, Liliana

Herrero, Los Fronterizos, el Dúo Salteño, Peteco Carabajal, Los Chalchaleros, Chango

Spasiuk, Teresa Parodi, Raúl Carnota y Soledad Pastorutti, por nombrar sólo a unos

pocos.

En la ciudad de Cosquín, en la provincia de Córdoba, desde hace más de 50 años, se

lleva a cabo todos los veranos el festival de folclore más importante de América Latina.

Rock

Argentina no fue inmune a la revolución cultural que significó el rock and roll como

movimiento mundial. Desde inicios de los 60, los centros urbanos –Buenos Aires,

Rosario, La Plata– fueron ávidos receptores del naciente género musical. Algo que

caracterizó a este ingreso fue la rápida asimilación y transformación a partir de trazas

locales.

Los Gatos –grupo rosarino liderado por Lito Nebbia– fueron quienes “inauguraron” la

composición local de canciones de rock. Su primer hit fue “La Balsa”, escrito por

Tanguito. Otras agrupaciones se sumaron al escenario abierto: Almendra –con Luis

Alberto Spinetta a la cabeza– y Manal –con Javier Martínez– iniciaron un hacer musical

propio, basado en la música beat que se extendía mundialmente.

Ya a finales de la década del 60, otros solistas y sus agrupaciones fueron engrosando

la lista y, a su vez, ampliando la gama de estilos y subgéneros: Pappo’s Blues, La

Pesada del Rock and Roll, Arco Iris (fundado por Gustavo Santaolalla) y Vox Dei

incorporaron elementos más duros en la textura sonora de la época.

Los 70 se iniciaron con el nacimiento de dos bandas antológicas, lideradas por quienes

llegaron a ser los máximos referentes del rock argentino: Pescado Rabioso, de Luis A.

Spinetta, y Sui Generis, dúo encabezado por Charly García junto a Nito Mestre.

Pescado Rabioso, exponente de un rock más áspero, y Sui Generis, que amplió los

horizontes con el rock acústico, fueron ejemplos de composiciones musicales

renovadoras, acompañadas por letras poéticas.

Este período marca la entrada del rock nacional a cierta masividad, con la organización

de conciertos en los cuales participaban varias bandas. El hecho paradigmático fue el

recital despedida de Sui Generis en 1975, que convocó a una multitud de jóvenes.

La fuerte movilización política y la instauración de una cruenta dictadura militar a

mediados de los ’70 significaron el momento de mayor resistencia y contracultura de la

música joven. Así, grupos como La Máquina de hacer Pájaros y Serú Girán –ambos

liderados por Charly García–, Invisible –de Luis Spinetta– y solistas como León Gieco,

se convirtieron en referentes, no sólo por el compromiso social de sus letras, sino

también por la renovación musical que introdujeron.

A principios de los ’80, el rock nacional sufrió un impulso proveniente de un hecho poco

feliz: con la Guerra de Malvinas –en 1982–, el gobierno militar prohibió la música en

inglés. Esto llevó a que las radios debieran difundir música en español, beneficiando a

los artistas locales, como Lito Nebbia, Moris, Piero, León Giego y Miguel Cantilo.

Con la apertura democrática, en 1983, las manifestaciones artísticas volvieron a ocupar

un lugar preponderante luego de años de censura y persecución. De esta manera, se

produjo una explosión de bandas y solistas que, a través de sus letras, criticaron los

años de violencia y advertían sobre los problemas sociales de la época. García y

Spinetta continuaron a la cabeza del rock, generando composiciones únicas, que

mezclan géneros y estilos. El grupo platense Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

–liderado por Carlos “Indio” Solari y Skay Beillinson– salió a la superficie con su rock

más visceral y letras de alto lirismo y crítica social, pero también reconocido por no

aparecer en los medios masivos de comunicación (hecho poco frecuente a nivel

mundial) y editando sus propios discos. La música más “moderna” o bailable encontró

en Virus, Los Abuelos de la Nada –formado por Miguel Abuelo y el joven Andrés

Calamaro– y Los Twist una estimulante base. Otros grupos, como Los Fabulosos

Cadillacs o Los Pericos, incursionaron en ritmos como el ska, el reggae y el dub. Los

Violadores tomaron al punk. Y Riff, fundado por el genial guitarrista Pappo, se hizo

cargo del rock más duro.

Esta década también vio nacer a dos grupos que harían historia: Soda Stereo y Sumo.

El primero, un trío conformado por Gustavo Ceratti, Zeta Bosio y Charly Alberti,

introdujo sonidos nuevos y una cuidada estética, que lo convirtieron en líder indiscutido

de América Latina. Sumo, creado por el ítalo-inglés-argentino Luca Prodán, profundizó

en sonoridades hasta ese momento desconocidas en Argentina, haciendo lo que

muchos llaman el “mejor reggae” local. Con su separación, se formaron dos bandas

que, hasta hoy, son guías indiscutidas: Divididos y Las Pelotas.

Durante estos años también apareció en escena un grupo de músicos de la ciudad de

Rosario que renovaría la escena: Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré y Fito Paéz.

La época de masividad e industrialización puede situarse, en líneas generales, a partir

de la década del ’90, cuando los mega recitales se institucionalizaron como eventos

consagratorios para los músicos. A la popularidad de García, Páez, Spinetta, Calamaro,

Los Redondos de Ricota y Soda Stereo, se sumaron bandas como: Los Piojos y Bersuit

Vergarabat, centradas en la mixtura de sonidos rioplatenses y latinos; La Renga, con

un rock más crudo y un inmenso poder de convocatoria; Viejas Locas, representante

del llamado rock barrial; y Babasónicos, con su música más alternativa.

Clásica

Argentina estuvo fuertemente influenciada por la cultura europea. La recepción de la

música erudita y sus instrumentos comenzó desde muy temprano, pero fue a partir del

siglo XVIII que su difusión proporcionó una raigambre que permanece hasta hoy.

El período de emancipación, que va desde 1810 a 1816, tuvo entre sus figuras al

español Blas Parera, compositor de la música del Himno Nacional. Otros creadores,

como Juan Esnaola o Juan Bautista Alberdi, fueron los primeros nacidos en tierra

argentina. El período que va desde 1850 hasta comienzos del siglo XX estuvo signado

por la experimentación con estilos folclóricos. El nombre más destacado es el de Carlos

López Buchardo, quien en 1924 fundó el Conservatorio Nacional de Música y Arte

Escénico que hoy lleva su nombre. Ya entre el 40 y el 50, la composición local recayó

en los primeros egresados del Conservatorio. De ese período sobresalieron Alberto

Ginastera y Carlos Guastavino. Y de la década del 60 se destacan Alicia Terzian,

Gerardo Gandini y Waldo de los Ríos, músico ecléctico recordado por haber

popularizado piezas clásicas a través de su modernización.

En la actualidad, el acervo de músicos clásicos argentinos disfruta de reconocimiento

mundial gracias al talento de Daniel Barenboim, Martha Argerich, Bruno Gelber y


Hay géneros que si bien no son preponderantes, han adquirido un desarrollo notorio a

través de los años y merecen ser mencionados. El jazz, la cumbia y la música

electrónica son algunos de los que, con tesón, se han instalado en la cultura local y han

adquirido proyección internacional.

Artistas locales como Oscar Alemán, Mono Villegas, Gato Barbieri, Roberto Fats

Fernández, Hugo Pierre y Jorge Navarro, Gustavo Bergalli, entre muchos otros, le

dieron un lugar importante al jazz, especialmente en Buenos Aires. Y originaron nuevas





                                                                                                                            González, Analía

                                                                                                                                 Grupo nº 3

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